La mañana del día que me encontré con Díaz de Hochleitner había entrevistado a José Luis Garrido, un ‘conservador’ que trabajaba en su escuálido despacho de la sede nacional de la UNED y que me hablaba de Educación con paciencia, con esperanza y un férreo propósito de dotar de ciencia y argumentos a su discurso.
Por la tarde me dirigí a la magnífica sede que la Fundación Santillana tiene en Alfonso XIII donde tenía concertada la entrevista con un nombre muy importante, tanto que es desconocido para el gran público. Él también podía hablar de educación, no en vano colaboró en la ley del 70, pero no era eso lo que nos llevaba allí. Era la protección del medio ambiente encardinada en el Foro de Roma lo que nos interesaba. Un símbolo de la progresía intelectual europea. Antes de empezar la charla llegamos a un acuerdo: remitiría a la secretaría por correo el cuestionario y me lo devolvería completado. Así que nos fuimos a dar un paseo por el parque del Retiro, mientras el fotógrafo le hacía fotos, charlábamos de la vida. Y del cambio climático. Auguró un verano muy caluroso y seco. El verano de 2004 no se repitió la canícula del año anterior.
Entrevista con Ricardo Díaz de Hochleitner
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