Quien pudiera pensar que escogí a Juan Velarde por su pensamiento conservador o liberal estará muy equivocado. Me satisface decir que recibí una carta manuscrita de un lector que me felicitaba por el texto y me convidaba a que el siguiente fuera Solchaga y así encontrar los dos lados de un puente. Si no lo hice fue porque no se dio la oportunidad, pero bien podía haber sido al revés: haber empezado por el navarro y no haber llegado al asturiano.
La entrevista con Velarde la realicé en su despacho del Tribunal de Cuentas. Uno de esos edificios pesados y feos. Un proyecto franquista de líneas soviéticas. Fue una conversación amable, distendida y profunda, respetuosa y de encuentro, no tanto de ideas como de interés por el conocimiento. Guardo un grato recuerdo del economista, que me resultó familiar, seguramente porque tenía una inteligencia y una mentalidad parecida a la mi padre, con quien compartió facultad y profesores. Eso me ayudo a llegar a él, traducir y transmitir su sabiduría..
Entrevista con Juan Velarde
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